Eliminando o haciendo a un lado el o los factores desencadenantes del mismo: ya sea sobrecarga laboral, estrés emocional, académico u otros. Si la causa desencadenante no se elimina, puede que las medidas usadas para mitigar el estrés ayuden, pero no lo suficiente para mejorar del todo y quizás sólo sirvan de forma temporal. Eventualmente puede complementar dichas técnicas con medicamentos, es una buena herramienta de tratamiento.