Durante la lactancia la composición de la leche materna puede variar en nutrientes de acuerdo a la alimentación de la madre, por eso se aconseja:
- Consumir una alimentación equilibra con alimentos ricos en calcio (lácteos), hierro (carnes, granos secos), proteínas (huevos, carnes, lácteos) y alimentos ricos en vitaminas (frutas y vegetales).
- Los azúcares debe tomarse repartidos en las comidas en forma de azúcares complejos como pan, cereales, pasta, arroz, patata o legumbres y evitando azúcares simples procedentes de productos de repostería como pasteles, tortas, caramelos, entre otros.
- La grasa ingerida debe ser grasa de calidad, eligiendo aceite de oliva en lugar de mantequilla y margarinas.
- Evitar el consumo de alimentos muy grasosos, azucarados o comidas “chatarra” que no aportan a la salud de la madre.
- Evitar el consumo de bebidas alcohólicas, drogas, cigarrillos, alimentos procesados con aditivos, preservantes y conservantes artificiales.
- Consumir alimentos frescos: los alimentos frescos tienen mejor sabor, contienen más vitaminas y minerales.
- Lleve una alimentación ordenada: consuma 5 comidas diarias.
- Consuma suficiente cantidad de líquidos (aprox. 2 litros diarios), evitando el consumo de refrescos carbonatados, gaseosas, té o café ya que inhiben la absorción de ciertos nutrientes como hierro y calcio,
Sólo en el caso de observar de forma repetida que tras haber comido un determinado alimento, el bebé muestra algún tipo de molestias (vómitos, diarreas, erupciones, malestar o rechazo de la leche), puede ser necesario evitar ese alimento.
Recuerda que la Organización Mundial de la Salud, recomienda la alimentación exclusiva con lactancia materna durante los primeros 6 meses de vida y continuarlo junto con las comidas complementarias adecuadas hasta los 2 años de edad o más.