Si la ictericia que presenta es fisiológica por lo general no genera mayor problema de salud en el bebé, pero si la causa es patológica -por algún otro tipo de problema de salud causante de ictericia como problemas de la sangre o problemas de hígado- se puede presentar como problema más peligroso (algo llamado kernícterus que es una afectación cerebral del bebé por causa de la acumulación demasiado alta de bilirrubinas en el sistema nervioso central).
Para saber si es una u otra cosa se debe tener en cuenta el estado general del bebé, su historial prenatal y de gestación y de ser necesario los valores de laboratorio de sus niveles de bilirrubinas en sangre actualmente. Síntomas sospechosos de empeoramiento de una ictericia que deben hacer consultar de inmediato es la persistencia de la coloración amarilla o su incremento y que el bebé neurológicamente hablando empiece a presentar cosas como adormecimiento, letargo, pérdida de apetito o incluso convulsiones.