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Los aceites más saludables son los que tienen un alto contenido de grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, principalmente los aceites vegetales, ejemplo de estos son: aceite de canola, nuez, cártamo, linaza sésamo, girasol, soya, cártamo, maíz, semillas de uva, aguacate. Estos tipos de grasas pueden ayudar a reducir el riesgo de una enfermedad cardíaca cuando se utilizan en reemplazo de las grasas saturadas.
Las excepciones son determinados aceites vegetales tropicales, como el aceite de coco, el aceite de palma y el aceite de palmiste (que son ricos en grasa saturada) y aceites parcialmente hidrogenados (una fuente de grasa trans artificial). Se recomienda evitar su uso.
Sin embargo, cuando se trata de cocinar, no todos los aceites son iguales. Algunos aceites son aptos para soportar el calor, y otros no.
El punto de humo es la temperatura a la que el aceite comienza a humear y a descomponerse. Cuando el aceite de cocina comienza a humear, puede perder parte de su valor nutritivo y dar un gusto desagradable a los alimentos.
Los aceites con puntos de humo altos son buenos para freír a alta temperatura y sofreír. Entre estos, se incluyen los siguientes: el de cacahuate o maní, de sésamo y de soja.
Los aceites con puntos de humo moderadamente altos son buenos para hacer salteados a temperatura de media a alta. Entre estos, se incluyen los siguientes: el de palta o aguacate, maíz, canola y de oliva.
A los aceites con puntos de humo bajos, como de linaza, semilla de calabaza y nuez, es mejor usarlos en aderezos para ensaladas y salsas. Algunos aceites, como el de palta o aguacate, de semilla de uva, de oliva y de sésamo, son lo suficientemente versátiles como para usarse para freír o en aderezos para ensaladas.
Espero que este información sea de utilidad para ti.