Estas 2 condiciones (especialmente la hernia hiatal) se asocian a episodios de reflujo gástrico, que en la mayoría de los casos no es detectable y no es necesario sentir la "acidez" o un reflujo quemante. Durante la noche, por encontrarse acostado y por acción de la gravedad, se devuelve el contenido del estómago y este irrita su garganta. Como mecanismo de defensa se incrementa la secreción de saliva con el fin de evitar el contacto directo del contenido gástrico con las paredes de la garganta. La recomendación es comer ligero y temprano, no se acueste tan pronto termine de comer y consulte con su médico de confianza para una valoración completa y determinar la necesidad de un tratamiento adicional.