Todo es cuestión de costumbre: mientras no acostumbre a su organismo a despertar temprano le va a resultar casi que imposible hacerlo. Entre más lo haga, su cuerpo cada vez lo va a asimilar mejor y será cada vez más fácil madrugar. El ciclo circadiano (sueño vigilia se puede "programar") pero eso requiere constancia hasta que el cuerpo se adapte.