Madrugar por sí solo no genera una alteración importante más allá de la posibilidad de cansancio durante el día. Trasnochar de forma contínua con un despertar temprano no permite un adecuado tiempo de sueño y recuperación del organismo que condiciona un estado de estrés físico y mental que facilitan el desarrollo de molestias inespecíficas o en ciertos casos algunas patologías menores como dolores de cabeza, fatiga ocular, dolores musculares, irritabilidad, cambios de humor.