Exísten múltiples opciones, la primera es la voluntad, dejar de fumar súbitamente. Reemplazar el cigarrillo por chicles, agua, ejercicio para manejar la ansiedad. Alejarse de ambientes en los que se puede estar en contacto con la sustancia o con personas que fumen. En caso de que aún así persista con el consumo, se solicite una cita con toxicología y psiquiatría para una evaluación adecuada y así se pueda realizar asesoría, tratamiento y seguimiento.