En algunas ocasiones la falta de energía está relacionada con: la calidad del sueño, la alimentación (balanceada y nutritiva), el manejo del estrés, las relaciones interpersonales, producción de hormonas, etc. Una vez que se ha podido esclarecer la causa es posible orientar un tratamiento.
Consultar al médico es una buena forma de iniciar la búsqueda y dar un buen manejo ya que muchas recomendaciones o soluciones serán bebidas energéticas las cuales causan un daño a la salud aunque generen un bienestar pasajero y por supuesto nunca van a solucionar la verdadera causa del problema.