No es cierto, el cerebro no se alimenta de semen, funciona gracias a los alimentos que se consumen y de ahí obtiene la energía como el resto del cuerpo. Masturbarse o tener relaciones sexuales por lo tanto no afecta la memoria a corto plazo, ni la función cerebral. Lo que puede pasar es que por tener una compulsión, es decir sentir una necesidad permanente de masturbarse, se pierda el interés en otras actividades y se distraiga de las tareas que se deben realizar. Sólo si se siente que la necesidad de masturbarse se sale de control y que está interfiriendo con la vida normal se debe consultar a un médico, de lo contrario se considera como una actividad normal que puede llevarse a cabo sin riesgo para la salud.