El sistema inmune es el conjunto de células, órganos y barreras que cuando está sano nos protege de las agresiones causadas por virus, hongos, bacterias, toxinas y agentes externos peligrosos. Por lo tanto incluye desde la piel como barrera externa, la saliva, el moco, hasta los glóbulos blancos, los ganglios linfáticos, entre otros. Como cualquier otro sistema del cuerpo humano (por ejemplo los músculos o el sistema nervioso central) requiere del sueño para reparar y reconstruir los daños ocurridos durante el día. Además durante el sueño se liberan hormonas necesarias para el fortalecimiento del sistema inmune. Si no hay suficientes horas de sueño, este proceso de reparación no se produce y el sistema inmune se debilita. El cigarrillo y el alcohol son tóxicos, es decir sustancias que hacen daño al cuerpo. Por lo tanto al exponerse a ellas se está agrediendo al organismo y al sistema inmune, es por esto que resulta afectado. La mala nutrición y el estrés, también lo debilitan. En una persona previamente sana, una gripa no es la causante de debilitarlo, más bien durante este proceso el sistema inmune está alerta y ataca al virus que está causando el estado gripal, aprendiendo a reconocerlo y haciéndose más fuerte para la próxima ocasión. Es por eso que los niños pequeños son más susceptibles a sufrir gripas, pues su sistema inmune aún está muy joven y no ha sido expuesto lo suficiente a agresiones para aprender de estas y en los ancianos, porque el sistema inmune se encuentra debilitado por el proceso de envejecimiento.