Su pequeño ya puede tener una dieta balanceada que incluya todas las clases de alimentos, evitando por completo las gaseosas, dulces refinados como las chupetas o el chicle, y la cafeína.
Los desayunos y almuerzos deben incluir los macronutrientes: grasa, carbohidrato y proteína.
Como grasas saludables que puede dar a su bebé se encuentran: aguacate, nueces, aceite de oliva.
Carbohidratos: todas las frutas, arroz, papa, yuca, plátano, harina de maíz.
Proteínas: carnes, idealmente magras, incluyendo carne roja, carnes blancas como el pollo y pescado.
Un ejemplo de un desayuno balanceado para su hijo sería: una naranja picada (mejor la naranja que el jugo), una taza de avena con fruta picada adentro para darle sabor como manzana o fresas, y un huevo duro.
Para el almuerzo una porción de carne magra, vegetales cocidos y picados para que sea más fácil para el pequeño comerlos, y una porción de harina (por ejemplo arroz). Evite dar más porciones de harinas que de carne o vegetales para prevenir problemas del metabolismo o de sobrepeso.