Los gases que se eliminan por el recto son principalmente de origen intestinal, producto en su mayoría de la digestión de los alimentos y por la misma flora intestinal (bacterias buenas) que tenemos y que ayudan a la digestión. Estos pueden aumentar en frecuencia, cantidad o tornarse de mal olor por varios factores:
- Consumo de alimentos productores de gas, como: Granos (Frijol, lenteja o garbanzo), huevos, leche, verduras (Ajo, cebolla, coliflor, brocoli, lechuga, etc), bebidas gaseosas incluyendo la cerveza, fritos, etc.
- Consumir los alimentos muy rápido o en exceso.
- Cambios de la flora intestinal, por ejemplo por el uso continuo de antibióticos o por infecciones parasitarias o bacterianas.
- Falta de ejercicio o actividad física rutinaria
- Estreñimiento
- Intolerancia de lactosa o al gluten
- Ansiedad o estrés (lo que genera mala digestión
- O secundario a enfermedades gastrointestinales como: Ulcera gástrica o duodenal, dispepsia, síndrome de colon irritable, enfermedad inflamatoria intestinal, etc
Te recomiendo que, si a pesar de prevenir o tratar las causas anteriormente descritas persiste el síntoma; consultes con tu médico de cabecera para que este haga un examen físico minucioso, interrogue otros posibles síntomas o antecedentes y considere o no la realización estudios complementario y/o un manejo específico para tu cuadro.