En el cuerpo humano existen unas estructuras denominadas barorreceptores, localizados en varias partes del sistema vascular, las cuales responden a cambios de postura adecuando la presión arterial para siempre distribuir adecuadamente el flujo sanguíneo en los principales órganos, y la razón de todo esto es muy sencilla y basada en física: el corazón no debe hacer la misma fuerza para impulsar la sangre a través de las arterias estándo sentados, acostados o en píe. Sin embargo estas cifras no deben variar demasiado.