La tensión arterial en este momento está entre el límite de la prehipertensión y la hipertensión arterial. El dolor puede elevar levemente la presión arterial ya que el estímulo del dolor genera en la sangre aumento de unas sustancias conocidas como catecolaminas, que hacen que se eleve la presión arterial.
La ansiedad está asociada con palpitaciones, taquicardia... pero generalmente no con hipertensión. Es necesario que acuda a valoración de presión arterial posterior a que ceda el dolor de la osteocondritis.