La leucoespermia se origina con mayor frecuencia por la presencia de episodios infecciosos que afectan las estructuras del tracto genito-urinario tales como las vesículas seminales, testículos o próstata. En primer lugar se debe confirmar el diagnóstico clínico de la presencia o ausencia de la infección. Si hay infección, esta debe ser tratada de manera adecuada por el médico. Una vez tratado con éxito el proceso infeccioso, a los 3 días se debe realizar un espermograma de control. En la medida en que el proceso infeccioso se resuelva, los leucocitos deben desaparecer y el recuento de espermatozoides debe encontrarse dentro de límites normales. De persistir esta condición consulte a su médico tratante.