La hipertensión arterial, también conocida como tensión arterial alta o elevada, es una enfermedad crónica caracterizada por un trastorno en el que los vasos sanguíneos tienen una tensión persistentemente alta, por encima del valor considerado normal, lo que puede dañarlos. Existen dos tipos principales de hipertensión arterial (HTA), la HTA sistémica esencial, que corresponde a la inmensa mayoría de los casos y en la cual la causa no es clara, y la hipertensión arterial sistémica secundaria, que como su nombre lo dice, es secundaria a otras causas que pueden ser de origen renovascular, endocrinológico, neurogénico entre otros. Esta enfermedad suele aparecer en los adultos, aunque puede también ocurrir en personas más jóvenes e incluso en niños, en los cuales generalmente se encuentra asociada a alguna alteración mayor que la genera.
La presión arterial se registra con dos cifras. La primera (sistólica) representa la presión de sus vasos sanguíneos cuando su corazón late. La segunda (diastólica) representa la presión de sus vasos sanguíneos cuando el corazón reposa entre latidos.
El valor normal de la tension arterial (TA) para adultos es menor a 120 de presión arterial sistólica y 80 mmHg de diastólica, tomada en reposo. Se considera en riesgo o pre-hipertension cuando los valores se ubican entre 120-138 mmHg para la TA sistólica y entre 80-89 mm Hg de diastólica. Y se considera una tensión arterial alta o hipertensión una presión arterial sistólica igual o mayor a 140 mmHg y diastólica igual o mayor a 90 mm Hg.
La hipertensión arterial puede no generar síntomas en sus etapas iniciales, por lo cual comúnmente es conocido como el ‘’asesino silencioso’’, pero al estar elevada la presión de los vasos, se va generando daño crónico en diferentes tejidos del cuerpo, puesto que a todos llegan vasos sanguíneos, siendo los órganos diana de la hipertensión el cerebro, ojo, corazón y riñones. Sin embargo en algunas ocasiones la hipertensión causa síntomas tempranos como dolor de cabeza, tinnitus (zumbido en los oídos), vértigos, dolor torácico, palpitaciones del corazón y hemorragias nasales, sin embargo esto solo se presenta en algunos casos y no en su gran mayoría.
Esta es una patología medica que puede ser manejada desde varios puntos de vista, siendo el pilar principal del tratamiento las modificaciones del estilo de vida (cambios en la dieta y realización de actividad física diaria 150 minutos a la semana según la OMS) y el tratamiento farmacológico . De modo que es importante en este caso el diagnostico precoz para poder evitar un daño crónico de diversos órganos como consecuencia de fallas en su diagnostico o en su tratamiento temprano. Espero haberte ayudado con la respuesta, no olvides calificarnos.