Lastimosamente al dañarse el sensor la tensión se sube y pone en estrés a muchos órganos, el problema es que inicialmente por los primeros años el paciente regula esto y por eso no hay síntomas. Es silenciosa pero va dañando los órganos (riñón, ojos, corazón) y cuando empieza a dar síntomas como dolor de cabeza, dolor en el pecho, disminución en la visión o problemas renales ya se han deteriorado importantemente. En algunas ocasiones los aumentos de presión pueden ser severos y el paciente puede tener infartos del corazón y del cerebro o sangrados del cerebro e incluso morirse.