No hay evidencia científica que demuestre que el agua de menta tenga algun efecto sobre el control del peso. Lo único que se ha visto que funciona eficientemente es un estilo de vida que incluya actividad física de intensidad moderada en una frecuencia de al menos 150 minutos por semana, acompañada de una dieta en la que se elimine la comida procesada y se encuentre un balance entre proteínas, carbohidratos naturales y grasas saludables. Con seguridad el agua de menta hace parte de esa dieta balanceada pero no tiene por si sólas propiedades directas sobre el peso.