El uso de peróxido de hidrógeno diluido (agua oxigenada al 15%), gotas óticas oleosas o de bicarbonato al 5% a manera de un par de gotas dos veces al día por unos 15 días suele ser suficiente para ablandar la cera y producir su salida durante los baños o limpieza superficial con hisopos. Si tras estas acciones no se permeabiliza el conducto auditivo externo suele ser necesario que un médico realice un lavado con solución fisiológica con el objetivo de barrer el cerumen restante, en casos extremos puede ser necesario el uso de una cureta o aspirador.
Se recomienda mantener una adecuada higiene de oído realizando limpiezas superficiales con hisopos y utilizando un par de gotas de agua oxigenada diluida cada 15 días, previniendo la formación de tapones de cerumen.