Adicional al manejo farmacológico y el seguimiento médico periódico. Dentro de las principales estrategias para el control de la hipertensión arterial y por ende las molestias relacionadas se encuentra una alimentación balanceada baja en sodio, realización de actividad física regular (principalmente aeróbica 150 minutos a la semana) y control de peso.
Puede solicitar apoyo y acompañamiento por nutrición para adaptar su alimentación de acuerdo con sus necesidades.