Su consumo moderado es adecuado pero los pocos estudios realizados han sugerido que consumir altas cantidades de soja en el embarazo podría afectar el desarrollo fetal y el riesgo de cáncer, además de causar desórdenes hormonales por sus altos niveles de fitoestrógenos, por lo que se recomienda prudencia y limitación en su consumo. Se debe aclarar que este producto no se trata de una leche en sí misma con sus beneficios, lo correcto sería considerar a esta bebida como una bebida de soja o un jugo de soja.