La fiebre es un mecanismo del cuerpo de defensa, mediante el cual se eleva la temperatura del cuerpo para evitar el crecimiento bacteriano y combatir la infección. En los niños al presentarse fiebre puede haber convulsiones. Se denominan convulsiones febriles, el mecanismo exacto de producción no se conoce pero se considera que es una respuesta de defensa del cuerpo al aumento de temperatura sumado a una inmadurez del cerebro.
Hay evidencia científica que indica que las convulsiones febriles simples no generan daño ni consecuencias graves en la salud de los niños.