No existe un riesgo directo asociado al uso de tapones de oído, sin embargo el uso prolongado puede favorecer la aparición de lesiones locales como dermatitis seborreica o procesos infecciosos por crecimiento de microorganismos como hongos. Puede continuar usándolos pero mantenga una adecuada higiene de los mismos y en caso de presentar alguna anormalidad consulte a su médico.