Dormir mucho en el día más que algo negativo puede hacer que le reste horas al sueño por la noche, causando que la persona se despierte en horas de la madrugada y no sea capaz de conciliar nuevamente el sueño o que definitivamente no pueda dormir en la noche. Si quiere dormir en el día trate de hacer siestas que en promedio tengan una duración de entre 30 a 60 minutos como máximo. Ese tiempo es suficiente para reponer fuerzas, descansar y retomar actividades, además que no influiría de manera significativa con su sueño nocturno.