Síntomas como dolor abdominal, distensión abdominal, emisión de gases intestinales, reflujo, intolerancia a algunos alimentos asociados a un cambio en las deposiciones -bien sea diarrea o estreñimiento- podrían deberse a síndrome de colon irritable.
En caso de que estos síntomas se acompañaran de pérdida de peso, dolor progresivo (cada vez más intenso), sudoración nocturna, heces con sangre, alteraciones de exámenes paraclínicos como anemia y desequilibrio de los electrolitos, se podría pensar en enfermedades más graves como cáncer colorectal o enfermedad inflamatoria del intestino. Pero por los síntomas que describe no parece tener esta gravedad.
Es recomendable que consulte a su médico para que con una buena valoración presencial, pueda definir qué está pasando y cuál es el manejo indicado.