Los calambres musculares son pequeños espasmos involuntarios de los músculos, no muy graves pero sí bastante dolorosos, que suelen ocurrir después del ejercicio o por las noches. Pueden ser producto de la deshidratación y alteraciones electrolíticas, de sobrecarga muscular, de alteraciones en la irrigación sanguínea muscular. Para prevenirlos se debe mantener el cuerpo hidratado antes, durante y después del ejercicio. Se recomienda ingerir alimentos ricos en calcio, potasio, magnesio y sodio, verduras y frutos secos. Los estiramientos ayudan a mejorar la comunicación entre el cerebro y los receptores sensoriales propioceptivos, haciéndolos trabajar de forma más eficiente en futuras sesiones de entrenamiento.