Es necesario que se continúe con el tratamiento dado por el dermatólogo y se investigue cuál es el factor ambiental, qué sustancia química o alimento se está consumiendo, que pueda generar ese tipo de lesiones. Evitar la exposición al sol, no manipular las lesiones, hidratar bien la piel, aumentar el consumo de agua. Si no hay mejoría, se debe acudir a un nuevo control para poder modificar el tratamiento.