Si el diagnóstico fue Epilepsia Mioclónica juvenil y si se llevan 11 años desde el último episodio convulsivo, lo más probable es que el medicamento pueda suspenderse. Este proceso de suspensión debe hacerse paulatinamente, disminuyendo la dosis progresivamente para evitar aparición de nuevas convulsiones. Todo esto debe hacerse bajo la vigilancia y autorización estricta de un neurólogo, así que se recomienda consultar de todas maneras. No tomar medidas por la propia cuenta ya que pueden ser inseguras y tener repercusiones sobre la salud.