Si no se aplica la insulina, una persona diabética tiene un alto riesgo de presentar complicaciones agudas como cetoacidosis diabética o estado hiperosmolar, lo cual pone en peligro la vida de la persona. Además de eso, existen complicaciones a largo plazo que se pueden presentar como falla renal y requerimiento de diálisis, daño en la retina y ceguera, daño en la microcirculación produciendo dolor crónico, úlceras y en casos extremos, amputaciones de extremidades.