El cepillado es la principal herramienta contra el mal aliento, se debe hacer de manera correcta después de cada comida, es decir al menos 3 veces al día. No olvidar además de cepillar los dientes, también cepillar la lengua. La seda dental es también necesaria, puesto que cuando se come, el alimento puede quedarse atrapado entre los dientes y el cepillado sólo no alcanza a limpiar en esta zona. Usar la seda dental siempre que se cepille o al menos, una vez al día, (antes de acostarte es un buen momento), limpiando todos los espacios entre los dientes. El uso de un enjuague bucal, justo después de cepillar también puede ayudar. Tomar bastante agua, evitar los alimentos muy condimentados, el café y el cigarrillo empeoran el mal aliento. El uso de chicle sin azúcar también puede ayudar entre cada cepillada.