Realmente no hay síntomas característicos de problemas de tiroides que hagan pensar inmediatamente en un problema de la misma, pero, algunos de ellos pueden ser, cansancio, sueño, estreñimiento, taquicardia, bradicardia, intolerancia al frío, intolerancia al calor, sudoración excesiva, aumento de peso, disminución de peso, piel seca, cabello frágil, lentitud o embotamiento mental, problemas de irregularidad menstrual, problemas de colesterol y/o triglicéridos altos, mareos, entre otros.