Básico es consumir alimentos de cada grupo en porciones equilibradas, reduciendo los alimentos que pueden constituirse en un aumento en el consumo calórico o en los depósitos de grasa. Depende además de la actividad de cada persona. Es importante la disciplina para mantener el plan de alimentación. Procurar tener un consumo alto de frutas y verduras, moderado en harinas y en proteínas de origen animal, lo más pobre posible en grasas y dulces. Eliminar hasta donde sea posible, el consumo de bebidas gaseosas, comidas que usan mucho preservante y grasas saturadas, salsas por ejemplo.