Se debe cambiar de forma importante el estilo de vida, suspender el licor, los azúcares refinados (en general el dulce, incluyendo las harinas refinadas como el pan), las gaseosas y los mal llamados jugos, la comida rápida, de paquete y los fritos.
- Aumentar el consumo de vegetales (acelgas, col rizada, alcachofa, rábano, espinacas, brócoli, pepino, zanahoria, etc.) y de frutas (toronja, manzana, piña, naranja, kiwi, fresas).
- Cambiar las harinas básicas por harinas integrales o completas (avena, arroz integral).
- Las fuentes de proteína deben ser carnes magras y los pescados como el salmón que es rico en Omega 3.
- Consumir semillas de lino, linaza o chia.
- Iniciar una rutina de ejercicio: mínimo 30 minutos de caminata diaria.
Es un mensaje del hígado que tiene exceso de trabajo, se le debe ayudar con alimentación y ejercicio para que nuevamente entre en un estado normal de trabajo.