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No es necesario pasar por ningún tipo de "desintoxicación" previo a iniciar una dieta, ni en ningún momento de la vida. Nuestros cuerpos por sí solos eliminan toxinas a diario por medio de intrincados procesos fisiológicos que se llevan a cabo en los riñones, la piel, los pulmones y el hígado, de no ser así estaríamos muertos en pocos días.
Las populares dietas de desintoxicación no tienen hasta el momento ningún tipo de base científica por lo que resultan inútiles. Lo único demostrado hasta el momento es que provocan un aumento del apetito y una deficiencia nutricional temporal que no termina siendo dañina por el corto tiempo que usualmente se practica. Generalmente, cuando las personas practican estas dietas abundantes en zumos pierden peso por el hecho que no están consumiendo calorías, pero tampoco otros nutrientes vitales como la grasa, la fibra y las proteínas. La falta de fibra suele hacer que la persona tenga malestar estomacal durante este proceso.
Productos comerciales de desintoxicación tampoco son útiles, de hecho investigaciones realizadas en 2009 en más de 15 productos determinaron que sus fabricantes no eran capaces de nombrar alguna toxina de los que se estuvieran deshaciendo ni tampoco definir a que se referian con desintoxicación.
La recomendación real es iniciar con una dieta directamente donde priorices comer alimentos naturales, mínimamente procesados y sobre todo vegetales. El "ayuno intermitente" en el que se pasan periodos de hasta 8 horas sin comer puede también ser parte de tus nuevos hábitos ya que se conoce que promueve la autofagia, reduce el estrés oxidativo mitocondrial, disminuye las señales asociadas con el envejecimiento y ayuda a prevenir y tratar enfermedades crónicas. (1)
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