Los tratamientos de fertilidad como la fertilización in vitro (FIV) y la inseminación artificial (IA), pueden ayudar a la hora de escoger el sexo del bebé. Sin embargo, los métodos más precisos para elegir el sexo de un bebé son generalmente los más caros (decenas de miles de dólares en Estados Unidos). Además, suelen implicar tratamientos de fertilidad invasivos y medicamentos para la fertilidad con efectos secundarios. Se recomienda que se consulte a un especialista en fertilización asistida para que pueda guiar, resolver dudas y establecer si son candidatos para este tipo de tratamiento.