Más que medicamentos se deben mejorar los hábitos de alimentación: se deben tener horarios de alimentación establecidos, evitar lácteos, grasas, granos, salsas, picantes, comidas irritantes, brócoli, coliflor, tomate, frutas ácidas. Aumentar el consumo de agua, frutas no ácidas, alimentos ricos en fibra.