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Si es posible aunque es poco probable. Si bien la vesícula se contrae con el consumo de alimentos, principalmente los alimentos grasosos, hay otros estímulos que podrían generar la contracción de la vesícula e inducir el dolor. De igual forma los lípidos y las grasas no se degradan tan pronto llegan al intestino pero su transito no hace que se encuentren en la misma porción del intestino que al momento de ingresar. Por este motivo en ocasiones esos dolores deben ser por estímulos distintos que generan la contracción de la vesícula o el dolor. Incluso el tener cálculos en la vesícula podría desencadenar cuadros atípicos de la contracción de la vesícula haciendo que su funcionamiento tenga ciertas alteraciones respecto a la normalidad.