Por lo general la denominada ansiedad para comer debe ser evaluada de manera integral (por médico, psicólogo, nutricionista, etc), porque es importante definir si lo que se presentan son impulsos aumentados de ingesta de alimentos o el patrón de consumo que se tiene, o si todo se debe a alguna enfermedad mental. Se sugiere consultar al médico para ser valorada y se concrete una conducta para ayudar a mejorar la ansiedad. Se sugiere realizar actividad física regular (con esto no sólo mejora la ansiedad, sino que se controla el apetito y ayuda a mantener un peso saludable).