La presión arterial normal para una mujer embarazada debe ser menor de 140/90 mmHg. El límite inferior (la cifra normal más baja) es difícil de establecer dado que en el segundo trimestre, la tensión arterial disminuye y es proporcional al peso y talla de la materna. Por lo general se adopta la cifra de 90/60 mmHg como límite. Se debe tener en cuenta no presentar síntomas (mareo, debilidad, desmayo) para considerar una cifra más baja a esta como normal.