Todo el alcohol, desde un trago fino hasta uno menos fino, va al hígado para ser metabolizado y el prurito o rascado puede ser una señal de que el hígado está sobrecargado por el alcohol, grasas o cualquier comida pesada que acompañe ese trago, resintiendo ese órgano. Debe atender a esa señal y ser más prudente en estos casos y disminuir lo que más pueda la ingesta del licor.