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No, en términos generales, la extracción de las adenoides (adenoidectomía), es un procedimiento poco riesgoso. Para realizar el procedimiento, el paciente debe estar bajo anestesia general, se localizan las adenoides (ya sea palpándolas o viéndolas a través de un espejo como en odontología), y se procede a cortarlas y extraerlas, controlando el sangrado, pues, en ocasiones, éste puede ser abundante. Este procedimiento se puede realizar a través de la boca o la naríz, pero la técnica quirúrgica más utilizada es a través de la boca.
La recuperación es bastante buena, sin requerir reingresos hospitalarios (en la mayoría de casos). Debes saber que es normal presentar dolor leve y obstrucción nasal por la inflamación y el tejido en proceso de cicatrización. El dolor es bien controlado con analgésicos, que son prescritos por el médico tratante.
Pueden haber complicaciones, siendo la más frecuente el sangrado aunque es ocasional, pues se presenta en el 0,5% de los casos; otras más raras e infrecuentes son tortícolis, estrechamiento nasofaríngeo, lesión de la troma de Eustaquio, entre otras.
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