El Síndrome de Asperger a menudo se considera una forma de Autismo, pero la principal diferencia entre el Síndrome de Asperger y el trastorno autista es que los niños con el Síndrome no tienen retrasos cognitivos ni del habla y suelen acompañarse de trastornos de hiperactividad y déficit de atención. El tratamiento se basa en terapias conductivo-conductuales, siendo para el Autismo la terapia conductiva y tratamiento farmacológico.