Si usted no le ve síntomas como fiebre, diarrea, brote en su cuerpo, salivación y el niño no se queja puede ser sólo inapetencia. Debe entonces ser muy creativa y recursiva para ganarse el amor por la comida de su hijo. ¿Cómo? Haciéndole la comida atractiva: mezclando colores, texturas, olores, acompañándolo mientras come y haciendo de las horas de la comida momentos amables, agradables, de unión y amor familiar. Ejemplo: ensalada, calabacín amarillo en cuadritos, lechuga verde crespa en tiras, mazorca dulce, arvejas, cuadros de pollo aderezados con aceite de oliva y un poquito de sal.