La combinación de estos síntomas: dolor, intolerancia a la luz y sensación de oído tapado; pueden hacer parte de cuadros como la migraña, si los episodios de dolor son fugaces, podría sospecharse cefaleas en racimo o similares; en algunos casos pueden existir ambos síntomas.
Si existen alteraciones de la audición se podrían sospechar enfermedades del oído como el síndrome de Ménière, siendo esto menos probable a su edad. Si las molestias del oído ocurren sin relacionarse con los demás síntomas debería evaluarse la presencia de tapones de cerumen, disfunción de la trompa de Eustaquio o alteraciones de la articulación temporomandibular.
Si las molestias persisten, lo mejor es acudir a control médico, se podrá realizar una evaluación del oído para descartar causas más comunes y simples como los tapones, así como evaluar la presencia de alteraciones crónicas como los dolores de cabeza primarios que puedan ser susceptibles de tratamiento.