Lo más importante es realizar un diagnóstico correcto. Por la descripción que brinda podría tratarse de un lipoma, un quiste sebáceo o algún tumor de tejido blando.
Idealmente debería acudir con su médico de cabecera para orientar el diagnóstico para su caso en específico. Para ello pueden ser necesario pruebas complementarias como una ecografía o análisis de sangre, según criterio médico.
Según los hallazgos, puede haber necesidad que lo valore un especialista, según la naturaleza de la lesión, puede ser un cirujano general, un dermatólogo u otro. Quien será el encargado de evaluar la necesidad de extirpar o retirar la lesión quirúrgicamente.
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