El uso excesivo del celular puede generar alteración en las relaciones personales, aislamiento social, insomnio, cambios en los hábitos alimenticios, estrés, alteraciones en la motricidad para actividades que requieran una coordinación mayor.
Inicialmente el chatear constantemente no genera enfermedades como tal, pero puede aumentar el riesgo de presentar alteraciones visuales, problemas académicos, laborales, por la interrupción de las actividades diarias.