Puede tratarse de una neuropatía diabética. Es fundamental tener un muy buen control de la diabetes y de los niveles de azúcar en sangre para disminuir la progresión y tener cuidados para evitar heridas en la piel de los pies.
Cuando esta sintomatología se presenta es muy difícil que haya mejoría, por lo que se sugiere que soliciten manejo por su internista. Idealmente ser valorada por diabetólogo y por neurólogo para manejo del dolor.