El valor normal de bilirrubinas en un neonato es variable. Esto depende de distintos factores como la edad gestacional del recién nacido (cuánto duró en la barriga) y unas curvas o nomograma para dicha prueba.
En términos generales, dentro de las primeras 72 horas, se considera elevado un valor de 10-15 mg/dL, pero durante la primera semana de vida estos valores pueden ir aumentando sin indicar un problema o peligro mayor. Así mismo una elevación marcada o sostenida de dichos valores también puede ser indicativo de anormalidad.
Por otra parte, estos valores tan altos en contraste con los de un adulto (2mg/dL) son considerados fisiológicos o normales, y se relacionan con la inmadurez del hígado del recién nacido. Como recomendación, se debe exponer al neonato a la luz solar durante la mañana o final de la tarde o de forma indirecta a través de una ventana. Lo anterior con el fin de contribuir al metabolismo de la bilirrubina, prevenir su marcada elevación y reducir la coloración amarillenta de su piel.