Lo importante es que una semana posterior al procedimiento debes tener una dieta rica en fibra, frutas, verduras y proteínas, pero baja en grasas.
Ya puedes comenzar a comer este tipo de alimentos que mencionas pero con moderación (1-2 veces a la semana) porque son almimentos ricos en purinas y estimulan la generación de cálculos, en tu caso ya no en la vesícula sino en los conductos biliares. Recuerda una buena hidratación, hacer ejercicio para estimular el movimiento intestinal y asistir a tus controles con el cirujano.